Difícil sería considerar que la vida está hecha siempre de buenos momentos.
Más bien la constante es que a diario tenemos que atraviesa por dificultades y
problemas. Algunas veces estos son simples molestias pasajeras, pero es común
que alguna preocupación llene casi por completo nuestro pensamiento manteniéndonos
en estado de tensión. Esto trae consigo múltiples padecimientos físicos que
complican aún más la situación y que terminan sumiéndonos en la desesperación y
la angustia, evitando así que valoremos el regalo de la vida.
Recuerdo cuando era niño y escuchaba hablar a los adultos de sus problemas, de cómo tal o cual situación los tenía preocupados y se lamentaban de tener una vida llena de dificultades. Yo, al contrario,
veía que la vida me sonreía, que mis preocupaciones estaban solamente en salir
delante en la escuela y llevar a casa buenas calificaciones. Disfrutaba intensamente
cada momento y agradecía a Dios por la dicha de tener una fabulosa familia y de
tener los mejores amigos con los que podía jugar a diario.
Con el pasar de los años descubrí que al crecer uno accede al mundo de
los problemas, dejamos de disfrutar cada instante para comenzar a preocuparnos
por cada uno de ellos. Reímos menos y “presumimos” cuan preocupados estamos. Pareciera que mientras más problemas carguemos con nosotros, más maduros somos, y por lo tanto más derecho a estar en el mundo de los adultos tenemos.
No debe ser así, es por ello que Baden-Powell nos lanzó un gran desafío
al invitarnos en la Ley Scout a sonreír y cantar en nuestras dificultades. El enfrentar
una dificultad con una sonrisa hace que todo cambie, es nuestra actitud la que
marca la diferencia. No se trata de la sonrisa cínica que renuncia a la
responsabilidad adquirida, no es el cantar que aleja de la realidad. Es la
sonrisa que muestra esa convicción de que se puede salir adelante ante
cualquier dificultad, que contamos con la energía, la inteligencia y la fe
suficiente para hacerle frente. Es el canto que trae alegría y esperanza, que
ilumina aun la oscuridad más sombría.
Al escribir estas líneas, si bien trato de aportar algo a quien las
lee, estoy dándome una lección a mí mismo. Atravieso por una situación difícil
que me tiene sumamente preocupado y triste. Sin embargo, observando a mis
hijos, que al igual que yo cuando niño, sonríen constantemente y ven la vida
como un gran regalo, me han motivado a escribir estas líneas recordándome que
una sonrisa transforma la vida y nos muestra su lado más luminoso.
Enfrentemos nuestras dificultades con una actitud de alegría, con la confianza de que el Señor quiere lo mejor para nosotros, que aun en medio de múltiples dificultades y preocupaciones la vida es bella y
que está llena de pequeños instantes que la hacen maravillosa.
Siempre listo para servir
Raúl Sánchez Vaca
Director Regional
Oficina Scout Mundial
Región
Interamericana
Publicado Por:
Coop. Regional de Comunicaciones
Región Aragua
2011 Movimiento Scout, Unido contra el hambre.
75 años de la Region Aragua
email: asistente.rrcc.aragua@gmail.
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